lunes, 13 de enero de 2014

Escuelas de Verano - La Fiesta de la Formación.

Miles de personas, jóvenes y adultos, hombres y mujeres, se suman cada verano a la fiesta de la formación, en las más de 25 escuelas que se realizan en todo los rincones de nuestra Arquidiócesis. La mayoría son agentes pastorales que quieren profundizar en su vida cristiana o buscan prepararse para prestar un servicio eclesial. (Uno nunca termina de aprender, yo menos...").

Los acogen los equipos de formación y formadores de las Zonas Norte, Oeste, Sur, Oriente, Maipo, Centro, más la Escuela de INPAS, quienes con todo el empeño de su corazón han preparado durante meses estos espacios de formación.

Cada año las escuelas se ponen a tono con las orientaciones pastorales de la Iglesia Diocesana. Este 2014 recogen el ardor misionero de cara a la Misión Territorial 2014. Para ello, muchos de sus formadores se han capacitado en este tema con el INPAS y las programaciones de cada escuela en el tema misionero, bajo el lema "Remen mar adentro", recordando la invitación que hizo Jesús a Simón para que fuera por el sustento necesario para la vida (Lc 5,4). Remar adentro supone soltar amarras, ponerse en movimiento sorteando el embate de las olas, vencer flojeras y acomodos para ir donde lo indique el Señor y encontrar en Él lo necesario para vivir. Los discípulos, al igual que los participantes de las escuelas, hemos dado el primer paso, el más importante: no hemos puesto en movimiento.

Una palabra especial para los formadores de las escuelas. Sabemos de sus empeños por formar al estilo de Jesús y el cariño por las personas que forman. Muchos de ellos descubren es estas escuelas su vocación formativa, por ello las conocen por dentro y vibran especialmente sirviendo a sus hermanos en la gran tarea formativa. 

Hace algún tiempo nuestro Pastor (hoy Cardenal), dijo que de la formación de los laicos depende el futuro de nuestra fe. En este sentido, la tarea de los formadores es un don presente y futuro. 
¡Dios los bendecirá sobreabundantemente!, aunque estamos cierto de que ya lo hace en los rostros de las personas a quienes forman.

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