"Quiso
el Padre de la misericordia que precediera a la encarnación la
aceptación de la madre predestinada, para que de esta manera, así somo
la mujer contribuyó a la muerte, también la mujer contribuyese a la
Vida" (Lumen Gentium 56). Estas palabras del Concilio entroncan con una
antiquísima tradición de los Padres de la Iglesia que ve a María
íntimamente asociada a Cristo, desde el Sí de la anunciación. La
encarnación es el comienzo de la historia de Jesús, y en ella y por
ella, María entra a formar parte de sí misma.
Que este Mes de María 2011 sea para todos fuente de vida y renovación en el seguimiento de Jesucristo el Señor.
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