domingo, 14 de enero de 2018

El Domingo, día del Señor - 2º durante el año

Habla, que tu siervo escucha.

Ya quedan pocos días para el papa Francisco nos visite. Seguros de que escuchará a muchos, estaremos muy atentos a lo que nos quiera decir. Escuchar es la palabra o la actitud que deseamos subrayar en este domingo, preparándonos de manera próxima a este encuentro con el Papa. En la primera lectura, Samuel se levanta varias veces a escuchar a Elí. Sin embargo, descubrió que era Dios quien le quería hablar. Jesús en el evangelio les pregunta a los discípulos del Bautista ¿qué buscan?, queriendo escuchar lo que les inquietaba en sus existencias. Siguiendo a Jesús, su Santidad nos preguntará a los chilenos ¿qué buscamos?, ¿qué hay en el corazón de los chilenos?, ¿qué hay en el corazón de Chile? Varios nos levantaremos como Samuel para escuchar al papa Francisco. Y en sus palabras queremos escuchar no solo al Papa sino sobre todo lo que el propio Dios nos quiere expresar.  

Samuel "se levanta" y expresa con gran apertura: "habla, que tu siervo escucha"... Se levanta y se dispone a la escucha, son dos actitudes fundamentales a la hora de escuchar lo que Dios nos quiere expresar. Para la escucha, por una parte, es necesario levantarse (al menos por un momento), dejar mi postura, mi espacio, mi comodidad, mi forma de pensar y comprensión de las cosas y, por otra parte, disponerme empáticamente a valorar lo que el otro, en este caso Dios, me quiere decir. Es cómodo y grato escuchar con simpatía lo que es grato a nuestros oídos, ya que nos reafirma en lo que estamos.

Para escuchar lo que nos complica o desastabiliza es necesario levantarse y disponerse, requiere de una espiritualidad de la empatía, que no solo se mueve por simpatía sino que busca a Dios en aquello que nos resulta incómodo de escuchar. Como Samuel, no solo busca lo obvio, lo que se ve a primera vista (a Elí), sino al Dios que no ve, al que después de tres veces logra escuchar sin verlo. Del mismo modo, la espiritualidad de la empatía logra encontrar a Dios incluso en aquello que resulta incómodo y no se quiere escuchar. Y ahí se levantan las preguntas empáticas de Jesús: ¿Por qué te incomodas? ¿Qué buscas en esa situación, en esa relación? ¿Qué hay de ti en eso que te incomoda?  

Deseamos que la visita del papa Francisco nos deje la paz. No habrá paz sin un verdadero y profundo diálogo entre los chilenos. Con una escucha en la espiritualidad de la empatía, acojamos lo que Dios mismo en este domingo y en estos días nos quiere manifestar, para que como Samuel nos levantemos y digamos de corazón: "habla, que tu siervo escucha".

Reflexión:

¿Qué me cuesta escuchar?, ¿A quién me cuesta escuchar? ¿Por qué? ¿Qué es lo que Dios me querrá decir?... ¿A qué me aferro que no me deja escuchar con libertad y empatía?


El Domingo, día del Señor
Comisión Nacional de Liturgia
Eduardo Carreño C. - Comunicaciones
Parroquia San Gregorio - La Granja


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