Estamos en el tiempo de Navidad, viviendo todavía "el día santo en que la Virgen María dio a luz al Salvador del mundo", celebramos la solemnidad de santa María, Madre de Dios, la fiesta mariana más antigua en la liturgia romana.
En medio de un mundo que no abunda precisamente en alegrías profundas, la fiesta de hoy nos invita a comenzar el nuevo año proclamando la Buena Noticia del Dios -con-nosotros e implorando su bendición sobre nuestras vidas. Si los sacerdotes del Antiguo Testamento bendecían a sus fieles de parte de Dios y les deseaban la paz: "que el Señor haga brillar su rostro sobre ti... te conceda la paz", los cristianos sabemos que hemos sido bendecidos todavía con mayor plenitud en el Hijo. Su venida ha sido la mejor garantía de paz para nosotros.
El evangelio nos dirá que María conservaba y meditaba en su corazón todo lo que sucedía a su alrededor. También nosotros estamos llamados a acoger, y a descubrir el significado de cuanto nos dice el señor. La actitud de María como creyente y esclava del Señor la debemos hacer nuestra. Ella, además de modelo para el creyente, es Madre de Dios y Madre nuestra, porque nosotros somos hijos de Dios. Somos hijos en Jesucristo, el Hijo de Dios, nacido de las entrañas de María Virgen.
Hoy también la Iglesia nos invita a pedir el don de la paz para nuestro mundo. Es la Jornada Mundial de la Paz. Bendición y paz son los bienes de la salvación que Dios quiere para nosotros a lo largo de este año que comienza: los bienes del cielo y de la tierra, la salud del cuerpo y la del alma, prosperidad y felicidad sin límites, vida, alegría, plenitud y satisfacción plena de los anhelos del hombre en nuestra relación con Dios y con los demás. ¡Feliz Año!
Nos reunimos en domingo día del Señor, con la alegría de estar iniciando un nuevo año. En este día la Iglesia nos invita a celebrar a la Virgen María, Madre de Dios. Por su maternidad hemos recibido a Jesucristo, autor de la vida y la redención. También hoy, celebramos la Jornada por la Paz. Pidamos este don tan necesario para nuestro mundo y que cada uno de nosotros seamos constructores de paz.
El Domingo, día del Señor
Eduardo Carreño C. - Comunicaciones
Parroquia San Gregorio
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