Al terminar el tiempo de Pascua e iniciar el tiempo común del año litúrgico, lo hacemos acogiendo y contemplando el misterio de Dios mismo, la Santísima Trinidad. Así, acogemos, contemplamos, agradecemos y proclamamos el Dios que se nos ha dado a conocer en el envío del espíritu Santo en Pentecostés.
Un retrato vivo de Dios.
Las "ideas" sobre Dios
Hay personas que tiene una serie de ideas sobre quien es Dios y cómo actúa, e intentan
-inútilmente- que esas ideas coincidan con el Dios de los cristianos. Así, aparecen las caricaturas sobre Dios: el "Dios policía", el "Dios salvavidas", el "Dios lejano y extraterrestre". También, hay otras ideas sobre Dios que aparecen más "serias", pero no por eso son menos caricaturescas y ofensivas para la fe.
Hay personas para quienes el mundo -así como está- es el mundo que Dios quiere; así vendrían de Dios tanto la riqueza de unos pocos como la pobreza de la mayoría; entonces piensan que Dios "ha bendecido" a unos pocos mientras que la mayoría queda "a la espera" de esa bendición. Como pretenden ser "creyentes" los que así piensan, no dirán que esa mayoría ha sido castigada por Dios, pero... no están entre los que han sido "bendecidos"...entonces, "al que le tocó le tocó"...
Esta horrible caricatura de un Dios así "retribucionista", con el cual la prosperidad en este mundo es signo de su "bendición", era cuestionada en los profetas de Israel, y tiene una crítica decisiva en el libro de Job, la historia del "justo sufriente". En Jesucristo, el Enviado del Padre que muere como un maldito en la cruz, la blasfema caricatura de un Dios retribucionista muestra toda su distorsión.
Podríamos hacer una larga lista de estas "ideas" sobre Dios. Todas ellas tiene en común el ser construcciones humanas, y quienes las sostienen no han conocido al Dios que se ha manifestado en Jesucristo; prefieren seguir con sus ideas en lugar de acoger al Dios vivo y verdadero.
Hemos conocido a Dios
La vida cristiana es la proclamación de que hemos conocido a Dios porque él mismo se nos ha dado a conocer, es él quien nos ha buscado, es él quien se ha hecho cercano, es él quien ha establecido un diálogo, es él quien nos ha mostrado su amor. Toda la iniciativa es de Dios, y la fe es nuestra respuesta.
Dios se nos ha dado a conocer no como una "idea", sino como Alguien que ama, como Alguien que es la plenitud del amor y la comunica gratuitamente. El Dios de nuestra fe no es una "idea" o un solitario que contempla la dramática vida de los pobres mortales que padecen por las cosas de este mundo. Es la común-unión del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo: ¡ese es el retrato vivo de Dios que hemos conocido en Jesucristo y en cuya vida hemos sumergido por el bautismo!
"En el nombre del Padre..."
En los momentos importantes de la vida, como también en las circunstancias de la vida diaria, los cristianos hacemos la señal de la cruz, invocando y alabando a Dios que se nos ha dado a conocer, recordándonos, al mismo tiempo, el sentido de nuestra vida y de todo lo que hacemos. Todo lo queremos vivir en nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Comisión Nacional de Liturgia.
Eduardo Carreño C.
Comunicaciones Parroquia San Gregorio
Evangelii Gaudium
¡El dinero debe servir y no gobernar! El Papa ama a todos, ricos y pobres, pero tiene la obligación, en nombre de Cristo, de recordar que los ricos deben ayudar a los pobres, respetarlos, promocionarlos. Os exhorto a la solidaridad desinteresada y a una vuelta de la economía y las finanzas a una ética en favor del ser humano.
(EG 58).
Para repensar profundamente y relanzar con fidelidad y audacia nuestra misión en las nuevas circunstancias, necesitamos ser más radicalmente:
a) Una Iglesia que escucha a su Señor y se deja conducir por el Espíritu; Iglesia viva, fiel y creíble que se alimenta de la Palabra de Dios y la eucaristía.
b) Una Iglesia Pueblo de Dios, fraterna, comunitaria, que no excluye a nadie y que camine en comunión sinodal.
c) Una Iglesia servidora y samaritana, pobre y servidora de los pobres. Contra las tendencias autoreferentes, salimos para ponernos al servicio de pobres y sufrientes.
d) Una Iglesia acogedora y misericordiosa, que acompaña el dolor y muestra a Jesús.
e) Una Iglesia que vive, celebra y anuncia gozosamente su fe, con un entusiasmo que se logra transparentar en nuestra vida cotidiana.
f) Una Iglesia que, desde la conciencia de su fragilidad y de la pluralidad, quiere colaborar activamente en la construcción de un país más humano y equitativo.
g) Una Iglesia que quiere crecer en un ejercicio del liderazgo como servicio compartido, fortaleciendo la corresponsabilidad laical y el rol de la mujer en la Iglesia.
h) Una Iglesia que sale de sí misma para anunciar la alegría del evangelio. Necesitamos fortalecer nuestro impulso misionero, y a partir de él revisar las estructuras pastorales.
Sigamos profundizando: www.iglesia.cl/orientacionespastorales
Esta horrible caricatura de un Dios así "retribucionista", con el cual la prosperidad en este mundo es signo de su "bendición", era cuestionada en los profetas de Israel, y tiene una crítica decisiva en el libro de Job, la historia del "justo sufriente". En Jesucristo, el Enviado del Padre que muere como un maldito en la cruz, la blasfema caricatura de un Dios retribucionista muestra toda su distorsión.
Podríamos hacer una larga lista de estas "ideas" sobre Dios. Todas ellas tiene en común el ser construcciones humanas, y quienes las sostienen no han conocido al Dios que se ha manifestado en Jesucristo; prefieren seguir con sus ideas en lugar de acoger al Dios vivo y verdadero.
Hemos conocido a Dios
La vida cristiana es la proclamación de que hemos conocido a Dios porque él mismo se nos ha dado a conocer, es él quien nos ha buscado, es él quien se ha hecho cercano, es él quien ha establecido un diálogo, es él quien nos ha mostrado su amor. Toda la iniciativa es de Dios, y la fe es nuestra respuesta.
Dios se nos ha dado a conocer no como una "idea", sino como Alguien que ama, como Alguien que es la plenitud del amor y la comunica gratuitamente. El Dios de nuestra fe no es una "idea" o un solitario que contempla la dramática vida de los pobres mortales que padecen por las cosas de este mundo. Es la común-unión del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo: ¡ese es el retrato vivo de Dios que hemos conocido en Jesucristo y en cuya vida hemos sumergido por el bautismo!
"En el nombre del Padre..."
En los momentos importantes de la vida, como también en las circunstancias de la vida diaria, los cristianos hacemos la señal de la cruz, invocando y alabando a Dios que se nos ha dado a conocer, recordándonos, al mismo tiempo, el sentido de nuestra vida y de todo lo que hacemos. Todo lo queremos vivir en nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Comisión Nacional de Liturgia.
Eduardo Carreño C.
Comunicaciones Parroquia San Gregorio
Evangelii Gaudium
¡El dinero debe servir y no gobernar! El Papa ama a todos, ricos y pobres, pero tiene la obligación, en nombre de Cristo, de recordar que los ricos deben ayudar a los pobres, respetarlos, promocionarlos. Os exhorto a la solidaridad desinteresada y a una vuelta de la economía y las finanzas a una ética en favor del ser humano.
(EG 58).
Conozcamos las Orientaciones Pastorales 2014 - 2020
"Una Iglesia que escucha, anuncia y sirve"
"La Iglesia que queremos ser"
Para repensar profundamente y relanzar con fidelidad y audacia nuestra misión en las nuevas circunstancias, necesitamos ser más radicalmente:
a) Una Iglesia que escucha a su Señor y se deja conducir por el Espíritu; Iglesia viva, fiel y creíble que se alimenta de la Palabra de Dios y la eucaristía.
b) Una Iglesia Pueblo de Dios, fraterna, comunitaria, que no excluye a nadie y que camine en comunión sinodal.
c) Una Iglesia servidora y samaritana, pobre y servidora de los pobres. Contra las tendencias autoreferentes, salimos para ponernos al servicio de pobres y sufrientes.
d) Una Iglesia acogedora y misericordiosa, que acompaña el dolor y muestra a Jesús.
e) Una Iglesia que vive, celebra y anuncia gozosamente su fe, con un entusiasmo que se logra transparentar en nuestra vida cotidiana.
f) Una Iglesia que, desde la conciencia de su fragilidad y de la pluralidad, quiere colaborar activamente en la construcción de un país más humano y equitativo.
g) Una Iglesia que quiere crecer en un ejercicio del liderazgo como servicio compartido, fortaleciendo la corresponsabilidad laical y el rol de la mujer en la Iglesia.
h) Una Iglesia que sale de sí misma para anunciar la alegría del evangelio. Necesitamos fortalecer nuestro impulso misionero, y a partir de él revisar las estructuras pastorales.
Sigamos profundizando: www.iglesia.cl/orientacionespastorales
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