miércoles, 5 de marzo de 2014

CICLO DE PASCUA

*   LA CUARESMA
 
El tiempo de Cuaresma se inicia el Miércoles de Ceniza y se prolonga durante los cuarenta días previos a la fiesta de Pascua, hasta el Jueves Santo, excluyendo la Misa de la Cena del Señor.
    40 años esperó Israel en el desierto para poder entrar en la tierra prometida.
    40 días aguardó Moisés la manifestación de Dios en el Monte Sinaí.
   40 días ayunó Jesucristo en el desierto aguardando la fortaleza del Espíritu para cumplir su difícil misión.

     La Cuaresma es un tiempo propicio para que los cristianos renovemos nuestro espíritu de adhesión a Jesucristo muerto y resucitado y nos guiemos por el camino de una profunda y progresiva reflexión. Así, todos juntos hemos de prepararnos para la Gran Celebración de la Pascua del Señor, liturgia central del año litúrgico. 

*   ¿COMO VIVIR LA CUARESMA?
    Lo normal sería que todos los cristianos estuvieran interesados en participar activamente en su comunidad para vivir este tiempo con especial intensidad. Lamentablemente para muchos, especialmente  para los más jóvenes, no pasa de ser un período más de la Iglesia en que los conceptos de penitencia, ayuno y austeridad, propios de la Cuaresma, no les dice casi nada.
   El desafío para los pastores, equipos litúrgicos y catequistas se ve interesante, ya que hemos de esforzarnos para que los fieles conozcan la razón de ser de la Cuaresma y puedan aprovechar este tiempo de salvación para vivir con alegría desbordante la fiesta de Pascua. En este sentido, es conveniente recordar a los cristianos, a quienes se esfuerzan por vivir con fe, que la Cuaresma tiene especial importancia dentro del ciclo litúrgico ya que la festividad de Pascua necesita una seria preparación para unirnos a la resurrección de Cristo.

* ALGUNOS SIGNOS DE LA CUARESMA:
    Uno de los signos más característicos con el cual expresamos el camino de la Cuaresma hacia la Pascua es el de la CENIZA. Después de las lecturas bíblicas y de la homilía el día Miércoles o el primer domingo de Cuaresma los fieles se acercan al sacerdote para recibir la ceniza en la frente. Este repite la fórmula clásica "acuérdate que eres polvo y en polvo te convertirás" y agrega una nueva "conviértanse y crean en el Evangelio". Ambas están inspiradas en los textos de la Sagrada Escritura Génesis 3, 19 y Marcos 1, 15 respectivamente.
   La ceniza nos hace recordar nuestra condición humana débil y nuestra actitud de conversión a Jesucristo. Es un signo antiguo lleno de sentido. Expresa la humildad y la penitencia interior. Siempre ha de realizarse con respeto y seriedad.
    Sería lamentable reducir la Cuaresma a un mero período "piadoso" del año. Se trata, ante todo, de un llamado apremiante a cambiar nuestras actitudes negativas. La Iglesia nos llama con fuerza a renunciar a los signos de muerte y abrirnos a los signos de vida para que resplandezcan en nosotros.
    Si la Cuaresma es un tiempo de oración, penitencia y solidaridad la Pascua de Resurrección será de alegría, de gozo y de paz.


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