Junto con ser tiempo y un espacio privilegiado para orar, para encontrarnos personal y vitalmente con Jesús, como discípulos misioneros, para buscarlo en su Palabra y en todos los espacios de encuentro que él nos pone al camino; Cuaresma es también un tiempo de conversión.
En Cuaresma, los cristianos estamos llamados personal y comunitariamente a revisar y renovar nuestra relación entre la fe y la vida. A revisar de qué manera nuestros estilos de vida son coherentes con el mensaje de Vida Nueva del Evangelio.
¿De qué manera asumimos como familia y comunidad los valores de austeridad, de cuidado de los bienes comunes, de cuidado de la Creación a que nos invita Jesús? ¿De qué manera hacemos presente a Jesús en medio de los hermanos que lo pasan mal a causa de la cesantía, por enfermedad, o porque son injustamente discriminados? ¿Cuánto sabemos de las necesidades y demandas de los niños y jóvenes y cuánto hacemos por acompañarles?
¿Cuánto queremos cambiar para que la Vida Plena alcance a todos? Así, la celebración de la Pascua de Jesús en Semana Santa será también una pascua personal en la que cada uno pase de una vida más plena, principalmente a través de la práctica del amor al prójimo.
Pastoral Social - CARITAS
Conferencia Episcopal de Chile
No hay comentarios:
Publicar un comentario