miércoles, 18 de enero de 2012

Vamos a descansar un poco...

     Pocas veces reflexionamos este lado bien humano de Jesús: "¡Vamos a descansar!". Para entender mejor lo que estamos expresando, imaginémoslo caminando por las calles y rutas de la Galilea.

     En su caminar llevaba toda su preocupación por los enfermos, los endemoniados y la gente que quería tan sólo escucharlo y lo seguía a todas partes. Incluso en alguna ocasión, Jesús asumió el alimento del día para todos, multiplicando el pan y los pescados que alguno tenía a cuenta gotas. Caminaba preocupado más por los otros que por sí mismo, hasta un día reconoció que no contaba con un lugar adecuado para dormir.

     Pero no estaba angustiado por estos y otros pesos de su misión, en cambio caminaba en paz porque sabía que su Padre lo asistía en lo espiritual y en lo material. Aunque esta asistencia divina no lo privara del cansancio, como toda persona de este mundo. En este contexto, san Marcos (6,30ss) nos relata que los Apóstoles estaban reunidos con Jesús contándole su primeras experiencias apostólicas. Él les dijo: "Vengan ustedes solos a un lugar desierto, para descansar un poco". Entonces subieron a una barca y se fueron buscando un poco de respiro. No obstante, la gente los seguía por donde iban.

     Las vacaciones no son un privilegio, aunque haya quienes no las conocen por la falta de recursos o por no saber desprenderse de las actividades habituales. Unos días de descanso son un derecho, y en algunos casos, una obligación...

     Hoy más que nunca es necesario y urgente detenerse, por el bien de uno mismo y de los demás. Unas vacaciones sin celulares, sin urgencias, desconectándose de la rutina y cambiar de actividad: reencontrarse con la familia (muchas veces se la descuida por el activismo) y familiares, visitar amigos, leer algún buen libro, viajar y desestresarse.

     Y en contacto con la naturaleza recuperar las fuerzas físicas y espirituales, captando las bondades de la creación. Todos necesitamos descansar, restablecer nuestras energías y afectos humanos para reflexionar y orar y para una sana recreación. No olvidemos que al terminar la creación, el séptimo día, Dios descansó (Génesis 2, 2-3).

     Felices vacaciones y buen descanso, ya que queda mucho para seguir trabajando por un mundo mejor y la extensión del Reino de Dios. Dios los siga bendiciendo. 

P. Martín Dolzani, ssp





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