¡He venido a traer fuego a la Tierra!.
Estamos acostumbrados a hacernos un dios a la medida que desde nuestro orgullo responde a nuestra imagen y semejanza. Somos católicos de cuando tenemos ganas y de cuando la vida sonríe. Por cierto que no todos, y precisamente aquellos que no amoldan a Dios para que sea fácil adorarlo, se convierten en personas no deseadas, non gratas.
Esta es la experiencia de Jeremías, que contemplamos maltratado porque su palabra "desanimaba"al pueblo; o es la exhortación que encontramos en la carta a los Hebreos, que nos empuja a combatir contra el pecado que nos persigue. Exigiendo en medio de esta realidad el posicionamiento fiel y siempre incómodo de aquél que lee las escrituras sagradas y los textos del Evangelio, donde se nos dice que Cristo no quiere situaciones ambiguas, sino una radical opción por Jesús y su evangelio.
Nosotros católicos de hoy debemos tener la cualidad de poder discernir los signos donde Dios nos habla en las voces del tiempo que vivimos. Pueden ser tiempos trágicos, desestabilizadores, pero también tiempo que nos exhortan a superar el sopor de la inacción. En este año de la misericordia, sentimos refrescar nuestra misión y el empuje que nos dio el papa Francisco: "Quiero una Iglesia pobre y para los pobres..." pobres sociológicos, si. Pero hay otras tantas pobrezas y miserias humanas ante las cuales, como Iglesia, sólo debemos doblar rodilla para simplemente ponernos al servicio.
¡Que tipo de paz vino a traer Jesús? Cuando se le toma en serio, Jesús incluso inquieta y sacude el interior de la persona. El encuentro con Cristo desasosiega, y sentir esta fricción interior nos puede ayudar a superar los fríos días de invierno...
Ambientación. En las vísperas de la fiesta de la Asunción de la Virgen que celebramos mañana. Nos reunimos como cada domingo a celebrar al Señor de nuestra vida.
Una vez más, nos reunimos para compartir la Palabra y la Liturgia, como comunidad. En este domingo 20 durante el año, el Señor espera que salgamos de nuestras indefiniciones y nos desafía a precisar si realmente estamos con él o en su contra.
Primera lectura: Jeremías 38, 3-6. 8-10
Cuando transmitimos la fuerza transformadora de la Palabra de Dios, podemos correr la suerte del profeta y molestar a quienes quieren "acomodarla" para que no duela.
¿Nos dejamos transformar por la gracia de Dios?
Lectura del libro de Jeremías.
Salmo responsorial N° 39: ¡Señor, ven pronto a socorrerme!
Segunda lectura: Hebreos 12, 1-4
En las fatigas, luchas y sufrimientos, el cristiano apoya su mirada en Cristo paciente, tomando de él ánimo para no desfallecer.
Lectura de la carta a los Hebreos.
Aclamación al Evangelio.
Aleluya. "Mis ovejas escuchan mi voz, Yo las conozco y ellas me siguen", dice el Señor. Aleluya.
Evangelio: Lucas 12, 49-53
Con explícitas imágenes, el Señor pide a los suyos que se definan si están con él o en su contra. El evangelio quiere sacarnos del sopor en que caemos cuando nos invade el desaliento.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas. Jesús dijo a sus discípulos:
Yo he venido a traer fuego sobre la tierra, ¡y cómo desearía que ya estuviera ardiendo! Tengo que recibir un bautismo, ¡y qué angustia siento hasta que esto se cumpla plenamente ! ¿Piensan ustedes que he venido a traer la paz a la tierra? No, les digo que he venido a traer la división. De ahora en adelante, cinco miembros de una familia estarán divididos, tres contra dos y dos contra tres: el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra.
Palabra del Dios.
R./ Gloria a ti, Señor Jesús.
Reflexión: ¿Hasta qué punto estoy dispuesto a dejarme cuestionar y transformar por la Palabra y la gracia de Dios? ¿Cómo puedo transformarme en un testigo de la misericordia del Padre, en el "hoy" de nuestra historia?...
Iglesia en salida en el Año de la Misericordia.
La Iglesia en salida es la comunidad de discípulos misioneros que primerean, que se involucran, que acompañan, que fructifican y festejan. "Primerear"; sepan disculpar este neologismo. La comunidad evangelizadora experimenta que el Señor tomó la iniciativa, la ha primereado en el amor (1 Jn 4, 10); y, por eso, ella sabe adelantarse, tomar la iniciativa sin miedo, salir al encuentro, buscar a los lejanos y llegar a los cruces de los caminos para invitar a los excluídos. Vive un deseo inagotable de brindar misericordia, fruto de haber experimentado la infinita misericordia del Padre y su fuerza difusiva.
Papa Francisco - Evangelii Gaudium
El Domingo día del Señor
La Liturgia Cotidiana
Eduardo Carreño C. - Comunicaciones
Parroquia San Gregorio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario