¿Qué es lo importante?
A veces, a todos puede sucedernos que nos confunden muchas cosas en la vida y perdemos la perspectiva de qué es lo importante.
En esas ocasiones corremos movidos por muchas cosas que nos parecen urgentes.
Por ejemplo, algunos andan tan ocupados y llenos de cosas que hacer -todas "urgentes", por supuesto- que no queda tiempo ni espacio para el encuentro con otras personas; así, no queda tiempo para el diálogo entre los esposos o se reduce a aspectos prácticos a solucionar; no queda tiempo para el diálogo entre padres e hijos, y estos crecen en la ausencia de papá y mamá, que están muy "ocupados". No queda tiempo para el encuentro gratuito en la amistad, y el compartir se reduce a "encuentros sociales" que, a lo más entretienen, pero no permiten una comunicación verdadera; no queda tiempo para la contemplación de la belleza sino que -como hay tanto que hacer- todo se reduce a "lo práctico".
Con frecuencia, este error de perspectiva que posterga lo importante, en atención a lo que se presenta como urgente, va generando insatisfacción, frustraciones y, por lo mismo, es un caldo de cultivo para todo tipo de neurosis. En este error de enfoque y perspectiva hay responsabilidades personales y sociales.
Marta y María
Este pasaje evangélico nos presenta la acogida que estas hermanas dan al Señor Jesús en su casa. Marta, dice el texto, estaba atareada en muchos quehaceres del servicio (Lc 10,40) y Jesús le llama la atención por andar inquieta "por muchas cosas", mientras su hermana
María, se ha sentado a los pies de Jesús y está totalmente dedicada a escuchar lo que él dice.
La llamada de atención a Marta, va dirigida a esa dispersión en muchas tareas que aparecen como "urgentes" y que la llevan a perder la perspectiva de lo importante. No hay, por parte del Señor Jesús, una descalificación del servicio de Marta, sino la clara indicación que si el servicio no es fruto de haber escuchado al Maestro, se desvanece en la inquietud y agitación de preocupaciones que terminan girando en el vacío.
La actitud de María se centra en la persona de Jesucristo, en escuchar y acoger la palabra del Maestro; de allí brota el verdadero servicio. María, en lugar de ofrecer muchas cosas al Señor -lo que ha hecho su hermana Marta- se ofrece a sí misma. Por eso, en Jesús no hay rechazo a la acción, al trabajo -al contrario-, sino a la inquietud de una actividad que solo brota de la necesidad de justificarse a sí mismo o de confundir qué o quién es lo importante.
La cuestión de fondo
En la vida de toda persona, como dijo el Señor Jesús a Marta "una cosa es necesaria", y es ir acogiendo al Señor en la propia vida y aprender a escucharlo, ir acogiendo el proyecto de Dios para cada uno, e ir respondiendo con prontitud. En la acogida orante de la voluntad de Dios se manifiesta lo único importante y desaparece el falso dilema entre lo urgente y lo importante.
En la Eucaristía de cada Domingo la Palabra de Dios nos va invitando a nuevos pasos en nuestra vida de discípulos del Señor Jesús y es el mismo Señor quien viene a vivir en nosotros para fortalecernos y movernos a esos pasos.
Hoy nos invita a decidirnos por Él como lo único verdaderamente necesario en nuestras vidas.
Dispongámonos a vivir este encuentro con el Señor Jesús, con gratitud y esperanza.
La Palabra de este domingo nos llamará a reflexionar sobre la hospitalidad.
A aprender a acoger nuestras visitas porque en ellas, y sin darnos cuenta, puede visitarnos el Señor en nuestro hogar Marta y María nos indican el camino.
Primera lectura: Gn 18. 1 - 10
Abraham acoge al Señor, sin saberlo, en la persona de tres peregrinos que pasan por su tienda de campaña.
Lectura del libro del Génesis.
Salmo responsorial: Señor, ¿quien entrará en tu Casa?
Segunda lectura: Col 1, 24 - 28
Pablo anuncia a los hermanos de Colosas su extraordinaria vocación y misión de revelar, en este tiempo, el misterio de la salvación universal en Cristo
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Colosas.
Aleluya. Felices los que guardan la Palabra de Dios con un corazón bien dispuesto, y dan fruto gracias a su constancia. Aleluya.
Evangelio: Lc 10, 38 - 42
Marta y María reciben a Jesús en su hogar. Marta se preocupa de que esté bien atendido; mientras que María está pendiente de su persona y lo escucha.
Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Jesús entró en un pueblo, y una mujer que se llamaba Marta lo recibió en su casa. Tenía una hermana llamada María, que sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra. Marta, que estaba muy ocupada con los quehaceres de la casa, dijo a Jesús: "Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola con todo el trabajo? Dile que me ayude". Pero el Señor le respondió: "Marta, Marta, te inquietas y te agitas por muchas cosas, y sin embargo, una sola cosa en necesaria. María eligió la mejor parte, que no le será quitada".
Palabra del Señor.
El Padre Dios ha venido a visitarnos con la Palabra y la Eucaristía, que es su mismo Hijo. Nos ha dado su Espíritu para salir de nosotros mismos y visitar a nuestros hermanos, llevandoles la Buena Noticia de Jesús.
El Domingo, día del Señor
La Liturgia Cotidiana
Eduardo Carreño C. - Comunicaciones - Parroquia San Gregorio.
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