Inicio de la Campaña de Cuaresma de Fraternidad.
Este miércoles de ceniza que da inicio a la cuaresma de este año, y por consiguiente a la Campaña Cuaresma de Fraternidad, nos encuentra en pleno año de la misericordia. El Papa Francisco nos ha invitado a caminar estos meses jubilares practicando las obras de misericordia corporales y espirituales teniendo siempre a la vista el horizonte social de nuestra fe. Este evangelio de Mateo, nos recuerda tres prácticas espirituales propias de la cuaresma: la limosna, la oración y el ayuno. Por cierto que no debemos pensar que con estas antiguas recomendaciones, más el sacramento de la reconciliación, ya tenemos cumplida la tarea de vivir fielmente este tiempo litúrgico. Debemos recordar que este llamado no vale porque lo dice el Papa actual, sino porque lo hizo Jesús de Nazaret.
Tenemos que profundizar, al menos dos aspectos que nos deben animar este año:
Este miércoles de ceniza que da inicio a la cuaresma de este año, y por consiguiente a la Campaña Cuaresma de Fraternidad, nos encuentra en pleno año de la misericordia. El Papa Francisco nos ha invitado a caminar estos meses jubilares practicando las obras de misericordia corporales y espirituales teniendo siempre a la vista el horizonte social de nuestra fe. Este evangelio de Mateo, nos recuerda tres prácticas espirituales propias de la cuaresma: la limosna, la oración y el ayuno. Por cierto que no debemos pensar que con estas antiguas recomendaciones, más el sacramento de la reconciliación, ya tenemos cumplida la tarea de vivir fielmente este tiempo litúrgico. Debemos recordar que este llamado no vale porque lo dice el Papa actual, sino porque lo hizo Jesús de Nazaret.
Tenemos que profundizar, al menos dos aspectos que nos deben animar este año:
- Crecer en la confianza en la inmensa misericordia de Dios para con todos nosotros porque constatamos, duramente, en cada paso de nuestras vidas la fragilidad; así el pecado no solo nos acecha sino que caemos en él, y esto no solo como personas, sino que fruto de este pecado nacen las estructuras e instituciones que lo perpetúan. (p. ejs., las guerras, la contaminación ambiental, el armamentismo, el narcotráfico), de manera que queda implicada toda la humanidad, y mi humanidad (empecatada). Baste para ello ver todos los días los noticieros de televisión o constatar el cambio climático en los tv-tiempo, que acontece en todas partes del planeta. En un mundo y en una Iglesia que tiene los "pies de barro" y camina con los "pies embarrados", por nuestros pecados e incoherencias, siempre nos vendrá bien, hacer penitencia y acrecentar "un corazón desgarrado" (citando a Joel), pidiendo perdón.
- Por eso, debemos rezar todos los días por el Papa Francisco, como él nos lo pide -no solo por devoción piadosa cuaresmal- y, por nuestros pastores (donde estamos incluídos los laicos y religiosos/as), para que sean buenos "pastores", pero al modo de Jesús, implicados, con "olor a oveja", será una buena tarea de vivir este tiempo "tiempo de Dios", así estaremos más conscientes que somos criaturas frágiles y no perfectas.
- Y por otro lado, no solo comprometernos en el discurso y vida interior, sino proponernos "cambiar mi vida" y ayudar a la "conversión de los otros", y a la transformación de las estructuras de pecado. Necesitamos "cambiar el mundo" para evitar que el mundo nos cambie a nosotros. Si miramos a nuestro alrededor constatamos que "el Dios de Jesucristo" cada vez tiene menos cabida en nuestra sociedad, y a veces, en nuestro propio corazón.
Por eso, cuaresma es un buen tiempo para purificar nuestras intenciones, nuestras vidas, nuestros modelos mentales que nos hemos construido, a veces con ayuda de otros "agentes evangelizadores" que nos han reducido a Dios, dejándolo a nuestro arbitrio. En esta cuaresma estamos llamados a "desgarrar nuestro corazón", nuestras falsas creencias... Sólo así tendrá sentido una verdadera cuaresma. Si no, podrán decirnos "¡no practiquen la justicia (y tus creencias)... como los hipócritas! Para ello, el camino que verifica esa "conversión del corazón" son y serán "los hermanos" (la alteridad), salir de sí, como personas y sociedad, especialmente yendo al encuentro del "prójimo más pobre y marginado" (migrantes, adictos, minorías,etc.)
¡Animémonos a vivir la cuaresma con sentido evangélico (fraterno - comunitario), aunque duela!, como decía el padre Hurtado.
Reseña: En la Misa se bendicen y se imponen las cenizas de los ramos de olivo bendecidos el Domingo de Ramos del año precedente. Con ello se inicia la Cuaresma recordándonos el origen y el destino de nuestra vida, ya que por nuestra condición somos frágiles e inclinados al mal. La Cuaresma nos llama a regresar a Dios: "Conviértanse y crean a la Palabra de Dios". Cuando creemos en la Palabra de Dios y la cumplimos nos ponemos en el camino de la salvación prometido por Dios a toda la humanidad. La conversión es un renovado retorno a Dios y al prójimo.
Se omite el acto penitencial, ya que en esta celebración es sustituido por la imposición de la ceniza.
1a Lectura: Jl 2, 12 -18
Comentario: Luego de haber regresado a su propia tierra, el profeta invita a los israelitas a que regresen a Dios de todo corazón. Dios es misericordioso pero quiere ver signos de una verdadera conversión, es decir, llevando a nuestra vida cuanto creemos y rezamos.
Lectura de la profecía de Joel.
Salmo: Sal 50, 3 - 6. 12 - 14. 17
R/. ¡Ten piedad, Señor, porque hemos pecado!
2a Lectura: 2 Cor 5, 20 - 6, 2
Comentario: San Pablo invita a los corintios a dejarse reconciliar por Dios. Esto implica un sincero reconocimiento de los propios males, dejando que él los cure y con el compromiso de recrear totalmente la vida, para caminar sin las cargas negativas del pasado.
Lectura de la segunda carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto.
Versículo antes del Evangelio: Sal 94, 8. 7
No endurezcan su corazón,
sino escuchen la voz del Señor.
Evangelio: Mt 6, 1-6, 16-18
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús dijo a sus discípulos: Tengan cuidado de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos: de lo contrario, no recibirán ninguna recompensa del Padre de ustedes que está en el cielo. Por lo tanto, cuando des limosna, no lo vayas pregonando delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser honrados por los hombres. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa. Cuando tú des limosna, que tu mano izquierda ignore lo que hace la derecha, para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.Cuando ustedes oren, no hagan como los hipócritas: a ellos les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos por los hombres. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa. Tú, en cambio, cuando ores, retírate a tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como hacen los hipócritas, que desfiguran su rostro para que los hombres noten que ayunan.Les aseguro que con eso, ya han recibido su recompensa. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro, para que tu ayuno no sea conocido por los hombres, sino por tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Palabra del Señor.
Comentario: La oración y el ayuno son un medio para regresar a Dios, que es lo que importa en esta Cuaresma y Año Santo. Volver a Dios implica comenzar una vida nueva, en la verdad y en la justicia, siendo mensajeros del amor que Jesús testimoniará hasta la cruz.
Bendición e imposición de la Ceniza.
Después de la homilía el sacerdote, de pie, con las manos juntas dice:
Queridos hermanos: oremos a Dios nuestro Padre, para que se digne bendecir con su gracia estas cenizas que vamos a imponer sobre nuestras cabezas en señal de penitencia.
Señor y Dios nuestro, que no quieres la muerte del pecador sino que se arrepienta, escucha con bondad nuestra oración y bendice + estas cenizas que vamos a imponer sobre nuestras cabezas, reconociendo que somos polvo y al polvo hemos de volver, y concédenos, por medio de las prácticas cuaresmales, el perdón de nuestros pecados y la vida nueva a imagen de tu Hijo resucitado. Que vive y reina por lo siglos de los siglos.
R,/ Amén.
Y rocía con agua bendita las cenizas, sin decir nada. Seguidamente, todos los fieles se acercan al sacerdote que impone la ceniza sobre ellos: a cada uno le dice:
R,/ Amén.
Y rocía con agua bendita las cenizas, sin decir nada. Seguidamente, todos los fieles se acercan al sacerdote que impone la ceniza sobre ellos: a cada uno le dice:
Conviértete y cree en el Evangelio. (Mc 1,15).
O bien:
Recuerda que eres polvo y en polvo te convertirás.
(Gn 3,19).
La Liturgia Cotidiana
P. René Cabezón V. (S.c. C.c.)
Eduardo Carreño C.
Comunicaciones - Parroquia San Gregorio




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