miércoles, 24 de febrero de 2016

Miércoles 2° de Cuaresma

Papa Francisco: Jesús no ha venido a enseñar una filosofía, una ideología..., sino una "vía", una senda para recorrerla con él. Esta es nuestra alegría; caminar con Jesús. Y esto no es fácil, no es cómodo, porque la vía escogida por Jesús es la vía de la cruz. Mientras van de camino, él habla a sus discípulos de lo que le sucederá en Jerusalén: anuncia su pasión, muerte y resurrección. Y ellos se le quedan "sorprendidos" y "asustados". Sorprendidos, cierto, porque para ellos subir a Jerusalén significaba participar en el triunfo del Mesías, en su victoria, como se ve luego en la petición de Santiago y Juan; y asustados por lo que Jesús habría tenido que sufrir, y que también ellos corrían el riesgo de padecer. Nosotros sabemos que Jesús ha vencido, y no deberíamos tener miedo de la cruz, sino que, más bien, en la Cruz tenemos nuestra esperanza. No obstante, también nosotros somos humanos, pecadores, y estamos expuestos a la tentación de pensar según el modo de los hombres y no de Dios. 




Versículo antes del Evangelio
"Yo soy la luz del mundo; el que me sigue tendrá la luz de la Vida", dice el Señor.




Evangelio: Mateo 20, 17 - 28 
Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.

Mientras Jesús subía a Jerusalén, llevó consigo a los Doce, y en el camino les dijo: "Ahora subimos a Jerusalén, donde el Hijo del hombre va va ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas. Ellos lo condenarán a muerte y lo  entregarán a los paganos para que se burlen de Él, lo azoten y lo crucifiquen, pero al tercer día resucitará". Entonces la madre de los hijos de Zebedeo se acercó a Jesús, junto con sus hijos, y se postró ante Él para pedirle algo. "¿Qué quieres?", le preguntó Jesús. Ella le dijo: "manda que mis hijos se sienten en tu Reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda". "No saben lo que piden", respondió Jesús. "¿Pueden beber el cáliz que Yo beberé?" "Podemos", le respondieron. "Está bien, les dijo Jesús, ustedes beberán mi cáliz. En cuanto a sentarse a mi derecha o a mi izquierda, no me toca a mí concederlo, sino que esos puestos son para quienes se los ha destinado mi Padre". Al oír esto, los otros diez se indignaron contra los dos hermanos. Pero Jesús los llamó y les dijo: "Ustedes saben que los jefes de las naciones dominan sobre ellas y los poderosos les hacen sentir su autoridad. Entre ustedes no debe suceder así. Al contrario, el que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes; y el que quiera ser el primero, que se haga su esclavo: como el Hijo del hombre, que no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud".
Palabra del Señor.

Comentario: Existe una gran diferencia entre los auténticos discípulos de Jesús con aquellos que buscan ubicarse en los primeros puestos. A estos últimos, les interesa lo externo, estar en la foto..., mientras que los que siguen libremente al Maestro, viven su consigna: "El que quiera ser grande, que se haga el servidor".

Cristo, el momento no podía ser más oportuno, cuando tú acabas de anunciar tu pasión. Y la petición, de lo más egoísta. Por eso, no me extraña la reacción de los otros apóstoles: indignados contra los dos hermanos. Mi reacción hubiera sido la misma. ¿Y la tuya? Ni los dos se portaron bien, ni los diez reaccionaron como discípulos tuyos: "No será así entre ustedes". Tú viniste a servir, y el servicio habrá de ser la bendita obsesión de quien quiera seguirte. Tomo nota y me quedo con la lección para hacerla vida. 


Evangelio 2016 con el Papa Francisco - Jubileo Extraordinario de la Misericordia
La Liturgia Cotidiana
Eduardo Carreño C. - Comunicaciones
Parroquia San Gregorio.


















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