1a Lectura: La imagen del banquete a menudo está presente, a lo largo de la escritura, para describir la relación de Dios con su pueblo.
Vengan a comer mi pan y a beber el vino que he mezclado.
Lectura del libro de los Proverbios 9, 1 - 6.
", dice el Señor. ", dice el Señor.
Salmo 33, 2 - 3. 10 - 15 ¡Gusten y vean que bueno es el Señor!
2a Lectura: La fe tiene consecuencias prácticas en la vida de los cristianos.
San Pablo nos habla de ellos durante estos domingos.
¡Fíjense en lo que el Señor quiere!
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los cristianos de Éfeso.
Aclamación al Evangelio:
Aleluya. "El que come mi Carne y bebe mi Sangre permanece en mí y Yo en él ",
dice el Señor. Aleluya.
Evangelio: Las palabra de Jesús sobre el pan de vida, llegan hoy a la afirmación fundamental: Cristo es el Pan de Vida, el que lo come permanece unido a él y tendrá Vida eterna.
Juan 6, 51 - 58
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá para siempre. y el pan que yo voy a dar es mi carne, entregada para que el mundo tenga vida.
Esto suscitó una fuerte discusión entre los judíos, que se preguntaban: - ¿Cómo puede este darnos a comer su carne?
Jesús les dijo:
- Les aseguro que, si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no tendrán vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí, y yo en él. El Padre, que me ha enviado, posee la vida y yo vivo gracias a él, así también, el que me coma vivirá gracias a mí. Este es el pan que ha bajado del cielo, y que no es como el que comieron los antepasados y murieron; el que come de este pan vivirá para siempre.
Lectura: El fragmento del evangelio que proclamamos hoy es el compendio del discurso del pan de vida que hemos venido rezando estos domingos atrás. El pan eucarístico es el mismo cuerpo de Cristo. La reacción de los judíos manifiesta la incredulidad en las palabras de Jesús.
Meditación: Jesús, al entregar su vida, comunicó y sigue comunicando la vida para el mundo. Lo celebramos en la Eucaristía. Y lo vivimos cada día cuando nosotros mismos compartimos el pan de la vida. Nuestras celebraciones eucarísticas son una llamada a construir la Iglesia y el mundo en comunión y en fraternidad. Compartir el pan y la vida es y será siempre el sueño de Dios mismo; un mundo en continua fiesta.
Oración: - Me uno en Cristo Jesús a todas las personas que en el mundo celebrarán hoy la eucaristía.
- Ruego por aquellos que anhelan vida. Me comprometo en su favor.
- Permanezco junto a Jesús: "Jesús, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme".
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