Papa Francisco: Hemos venido a llamar a la puerta de la casa de María. Ella nos ha abierto, nos ha hecho entrar y nos muestra a su Hijo. Ahora ella nos pide: "Hagan lo que él os diga". Si, Madre, nos comprometemos a hacer lo que Jesús nos diga. Y lo haremos con esperanza, confiados en las sorpresas de Dios y llenos de alegría.
Primera lectura: Is 62, 1-5
Lectura del libro de Isaías.
Salmo 95, 1-10: Anuncien las maravillas del Señor por todos los pueblos.
Segunda lectura: 1 Cor 12, 4-11
Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto.
Aleluia: Dios nos llamó por medio del Evangelio para poseer la gloria de nuestro Señor Jesucristo. Aleluia
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.
Se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús también fue invitado con sus discípulos. Y, como faltaba vino, la madre de Jesús le dijo: "No tienen vino". Jesús le respondió: "Mujer, ¿qué tenemos que ver nosotros? Mi hora no ha llegado todavía". Pero su madre dijo a los sirvientes: "Hagan todo lo que Él les diga". había allí seis tinajas de piedra destinadas a los ritos de purificación de los judíos, que contenían unos cien litros cada una. Jesús dijo a los sirvientes: "Llenen de agua estas tinajas". Y las llenaron hasta el borde, "Saquen ahora, agregó Jesús, y lleven al encargado del banquete". Así lo hicieron. El encargado probó el agua cambiada en vino y, como ignoraba su origen, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo y le dijo: "Siempre se sirve primero el buen vino y, cuando todos han bebido bien, se trae el de calidad inferior. Tú, en cambio, has guardado el buen vino hasta este momento". Este fue el primero de los signos de Jesús, y lo hizo en Caná de Galilea. Así manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en Él.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.
Reflexión: El "Signo" de las Bodas de Caná es una manifestación de Jesucristo, el Mesías prometido. En medio de las dificultades, él puede transformar nuestra existencia, darnos el gozo de una vida nueva. Ante las dificultades que nos surgen, ¿acudimos a Jesús? ¿Acogemos las palabras de María que nos dice: "hagan lo que él les diga"?
Señor, la presencia de tu Madre en aquellas bodas es origen de varias maravillas. Primera, sólo ella se dio cuenta del gran apuro de los novios, que se quedaron sin vino. Segunda, ella intuía que tú tenías en tu mano la solución. Tercera, cuenta contigo, confía en tí, a pesar de tu aparente reticencia. Cuarta, les dice a los camareros lo que tenían que hacer: Hagan lo que él les diga. Quinta, esas palabras me sirven hoy a mí. Si tu Padre te recomendó en tu Bautismo y Transfiguración - Este es mi hijo amado, escúchenle-, tu Madre me recomienda que haga siempre lo que tú me dices. Ella hizo siempre la voluntad de Dios y le fue de maravilla. Ahora soy yo quien quiero seguir su ejemplo, contando con su intercesión.
Jubileo Extraordinario de la Misericordia Eduardo Carreño C.
Evangelio 2016 Comunicaciones
Parroquia San Gregorio

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