
Seguramente hemos escuchado en este tiempo un llamado a entrar en misión, y que esta se realizará en todo el Continente. Se podría pensar que nada hay de nuevo puesto que la Iglesia siempre "hace misiones". Sin embargo, nuestros pastores nos han invitado a poner a toda la Iglesia en estado permanente de misión.
¿Por dónde partir? Este año se nos invita a buscar, renovar y refrescar nuestra experiencia de encuentro con el Señor a nivel personal y comunitario.
Se nos invita a hacer una misión, en primer lugar, con nosotros mismos,a recomenzar mirando a Cristo, tal como lo hicieron en la primera comunidad (Hech 2,42).
¿Qué se desea lograr? Que nuestro pueblo en Él tenga Vida. Despertar una corriente que llene de vida al Continente. "La vida se acrecienta dándola y se debilita en el aislamiento y la comodidad". Los que más disfrutan de la vida son los que dejan la seguridad de la orilla y se apasionan en la misión de comunicar vida a los demás.
Se vive mucho mejor cuando tenemos libertad interior para darlo todo: "Quien aprecie su vida terrena , la perderá" (Juan 12,25).
La vida se alcanza y madura a medida que se la entrega para dar vida a los otros. Eso es en definitiva la misión" (DA 360).
Motivémonos a preguntar en nuestras comunidades lo que se está haciendo e involucrémonos para una vida plena en nuestro continente.
¿Por dónde partir? Este año se nos invita a buscar, renovar y refrescar nuestra experiencia de encuentro con el Señor a nivel personal y comunitario.
Se nos invita a hacer una misión, en primer lugar, con nosotros mismos,a recomenzar mirando a Cristo, tal como lo hicieron en la primera comunidad (Hech 2,42).
¿Qué se desea lograr? Que nuestro pueblo en Él tenga Vida. Despertar una corriente que llene de vida al Continente. "La vida se acrecienta dándola y se debilita en el aislamiento y la comodidad". Los que más disfrutan de la vida son los que dejan la seguridad de la orilla y se apasionan en la misión de comunicar vida a los demás.
Se vive mucho mejor cuando tenemos libertad interior para darlo todo: "Quien aprecie su vida terrena , la perderá" (Juan 12,25).
La vida se alcanza y madura a medida que se la entrega para dar vida a los otros. Eso es en definitiva la misión" (DA 360).
Motivémonos a preguntar en nuestras comunidades lo que se está haciendo e involucrémonos para una vida plena en nuestro continente.
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