domingo, 12 de julio de 2009

POR LA CALZADA DE EMAUS


Hacemos memoria hoy del padre Esteban Gumucio Vives (1914 - 2001), de los Sagrados Corazones (Padres Franceses), el sacerdote que hizo cantar a Chile con "salmos, himnos y cánticos espirituales", anticipando los vientos renovadores del Concilio Vaticano II. Ordenado sacerdote sirvió en cargos importantes en su congregación y en obras de Iglesia. Vivió entre los pobres, con un grupo de sacerdotes jóvenes, siendo un poblador más. Participó en la creación de las primeras Comunidades de Base, en la renovación de la catequesis, dando mucha importancia a la oración y al canto para que el Señor fuera alabado por todos, también por los pequeños de este mundo. Para eso compuso muchas oraciones y cantos bíblicos. Amó entrañablamente a la Iglesia y la vio y la cantó como una comunidad integral, no parcelada: la Iglesia de la religiosidad popular y abierta a la ciencia; modesta con olor a tierra, diversa y unida; "esperanza y memoria", audaz, creadora y valiente, "perseguida y clandestina, que no vende su alma al dinero omnipotente"; "la Iglesia de un solo Señor y Maestro, de la Palabra y de los Sacramentos... La Iglesia de la Esperanza a los pies de la mujer, la Santa Madre María... La Iglesia de Jesucristo... en ella quiero vivir hasta el último momento". Y así fue.
Ya muy enfermo, vivió como un regalo de Dios para sus hermanos de Comunidad y de la Parroquia San Pedro y San Pablo de La Granja, edificando a todos con su serena aceptación, su amor y alegría. Había escrito: "Aprendí de Cristo a darlo todo y todo lo entregado quedará para siempre, ciento por ciento en el Dios vivo. Oh muerte, ¿dónde está tu victoria?". Su gente agradecida lo despidio coreando:
Por la calzada de Emaus, un peregrino iba conmigo... Ahora el padre Esteban ya no peregrina, sus ojos ya contemplan a ese Jesús que tanto amó y que enseñó a tanta gente a amarlo y a reconocerlo en la fracción del pan.
Con eterna gratitud

Eduardo Carreño C.

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