martes, 30 de junio de 2009

Para quererse mejor: LA AUTOESTIMA


Hoy en día se habla de la autoestima como una herramienta para generar seguridad de sí mismo, haciendo que uno, lejos de sentirse menospreciado, se reafirme como persona capaz de alcanzar metas ambiciosas. Pero existe el riesgo de cerrar los ojos a la realidad de nuestra persona, dando paso a la soberbia que alienta únicamente a sobresalir por encima de los demás.
La vida transcurre entre logros y fracasos, por lo que una sana autoestima es el valor que nos regala plena seguridad en nuestras capacidades. Además, nos da la fortaleza necesaria para superar los momentos difíciles de nuestra vida, evitando los pesimismos y el desánimo.
El estimarnos a nosotros mismos nos ayuda a superar estados de desánimo porque no hemos cambiado interiormente, nos conservamos como somos, sin dejarnos agredir en demasía por las circunstancias. Ayuda tanto a una justa estimación de lo que somos una visión realista y objetiva de nuestra persona como la plena aceptación de nuestros defectos y limitaciones, con el sobrio reconocimiento de nuestras aptitudes y destrezas. Por ello debemos "tener los pies en la tierra" para no sufrir desilusiones provocadas las más de las veces por nosotros mismos. Esto nos lleva a un análisis profundo de nuestras posibilidades, viendo si todo lo que anhelamos está en nuestras manos alcanzarlo. El amor es la fuente de la que se nutre una sana autoestima. "Ama y haz lo que quieras", dice San Agustín. "Si callas, callarás con amor; si gritas, gritarás con amor, si corriges, corregirás con amor; si perdonas, perdonarás con amor". La donación de sí redundará en un equilibrio y armonía interior que nos permitirá superar siempre cualquier escollo.
La autoestima parece ser un valor muy centrado en sí mismo. Sin embargo, todo aquello que nos perfecciona como seres humanos, tarde o temprano se pone al servicio de los demás; una vez que hemos recorrido el camino, es más sencillo conducir a otros por una vía más ligera hacia esa mejora personal a la que todos aspiramos.
Hugo Tagle M. psch.

No hay comentarios:

Publicar un comentario