jueves, 22 de enero de 2015

"¡Tú eres el Hijo de Dios!"

1a Lectura:  Hebreos 7, 25 - 8, 6  Jesús es el  sumo sacerdote que necesitamos.

Salmo 39, 7 - 10. 17    Aquí estoy.

Evangelio:  Marcos 3, 7 - 12

Jesús se fue con sus discípulos a la orilla del lago y lo siguió una gran multitud de gente procedente de Galilea; y también de Judea, de Jerusalén, de Idumea, de la orilla oriental del Jordán y de la región de Tiro y Sidón acudió a Jesús mucha gente que había oído hablar de todo lo que hacía, Jesús mandó a sus discípulos que le preparasen una barca para que la multitud no lo aplastara. había curado a tantos, que todos los que tenían alguna enfermedad se echaban ahora sobre él para tocarlo. Y hasta los espíritus impuros, al verlo, se arrojaban a sus pies, gritando:
- ¡Tú eres el Hijo de Dios!"
Pero Jesús les ordenaba severamente que no lo descubrieran.
Palabra de Dios.

Meditación:   Han oído hablar de Jesús y la gente acude para ser curada de sus males. Corren el peligro de aclamarle en su gloria, de saludarle como victorioso Hijo de Dios, dejando de lado la cruz. El ansía por los milagros, por las manifestaciones espectaculares, hace olvidar que Dios no es así. Dios es tan grande que muestra su poder en el vaciamiento de Jesús en la cruz. ¿Es ese el Dios en que yo creo?.

svd / ecc 

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