domingo, 18 de enero de 2015

((( Sintonizar con la llamada de Dios )))

Vivimos en una atmósfera repleta de ondas de radio, televisión, telefonía y otros medios de comunicación. ¡Pero no podemos percibirlas sin ayuda!. Para hacerlo necesitamos un aparato que las reciba y las ·traduzca", de modo que nuestros sentidos -el oído, la vista -puedan captarlas e interpretarlas. Dios. Dios se parece algo a esas ondas, numerosas e interceptibles para los sentidos humanos: nos habla desde todas partes y desde nuestro propio interior, pero para escuchar su voz y su llamado, necesitamos un órgano que lo interprete: ese órgano es nuestro espíritu, un sentido interior que nos permite descubrir a Dios en la trama de lo humano y de lo creado, en medio de la multitud de las voces que tienden a acallarlo o a hacerlo insignificante.

"¡Samuel, Samuel", llama el Señor al joven, y él tiene que aprender  a descubrir de quién es la voz  que escucha. Tiene que aprender a sintonizar con la llamada de Dios. "Maestro, ¿dónde vives?", preguntan los hombres a Jesús, y él les responde: "Vengan y lo verán". Viendo dónde vivía pudieron sintonizar con su misión y responder a su llamada. Dios sigue llamando. De noche, de día, siempre. Jesús sigue invitando a conocer "dónde vive" para que viendo, muchos descubran el sentido de sus vidas, se hagan sus seguidores y colaboren en su misión liberadora.

¿Está despierto y sano nuestro espíritu, o vive adormecido en medio de tantas voces que apabullan la llamada de Dios? ¿Ha aprendido a sintonizar con la voz de Dios, ésa que habla en la naturaleza, en los acontecimientos de la Humanidad, en las personas, en los pobres, en los que sufren, y nos llama a entrar en su proyecto, que es la Vida en abundancia para todos? ¿Podemos decir también, en medio de nuestro tiempo y de nuestras preocupaciones: "Hemos encontrado al Señor". 

Comisión Nacional de Liturgia.


1a)    1Samuel 3, 3b - 10. 19
          Habla que tu servidor escucha.

S.     Salmo 39, 2. 4. 7 - 10
         Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

2a)  1 Corintios 6, 13c - 15a. 17 - 20
        ¿No saben que sus cuerpos son miembros de Cristo?

Ev.  Juan 1, 35 - 42
        Al día siguiente, de nuevo estaba Juan con dos de sus discípulos y, al ver a Jesús que           pasaba por allí, dijo: - Ahí tiene al Cordero de Dios.
        Los dos discípulos, que se lo oyeron decir, fueron en pos de Jesús, quien, al ver que lo          seguían, les preguntó: - ¿Qué buscan?  Ellos contestaron: -Rabí (que significa              
      "Maestro", ¿dónde vives?. 
      Él les respondió: Vengan a verlo.
     Se fueron pues con él, vieron dónde vivía y pasaron con él el resto aquel día. Eran como      las cuatro de la tarde.
    Uno de los dos que había escuchado a Juan y habían seguido a Jesús era Andrés, el       
    hermano de Simón Pedro. Lo primero que hizo Andrés fue en ir en busca de su hermano       Simón para decirle:
    - Hemos hallado al Mesías (palabra que quiere decir "Cristo").
    Y se lo presentó a Jesús, quien, fijando en él la mirada, le dijo:
    - Tú eres Simón, hijo de Juan; en adelante te llamarás Cefas (es decir, Pedro).

Lectura:  Precioso evangelio el de hoy, que relata una experiencia de llamada y seguimiento. El Bautista señala a Jesús, el "Cordero de Dios". Los dos discípulos oyen, siguen, preguntan, establecen un encuentro personal con Jesús. y luego, ellos mismos se convierten en puente, en pasarela de encuentro, para que Pedro y otros se dejen mirar, llamar por el Señor, y tengan la experiencia de ser enviados.

Meditación: Cada uno de nosotros nos hemos encontrado con Jesús. Quizá nos lo han señalado nuestros padres, un amigo, un retiro espiritual... Después, hemos ido percibiendo la llamada a seguirle y la hemos aceptado. ¿Hablo a otros de mi experiencia de fe y seguimiento de Jesús? ¿Me detengo algún tiempo para conocerlo mejor?

Oración: - Recuerdo las palabras de San Agustín y oro con ellas: "Nos has hecho para ti, Señor, y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti".
- Acepto la invitación de Jesús: "¿Que dónde vivo? ¡Vengan a verlo!".
Permanezco con Jesús.
- ¿A qué me compromete el evangelio de hoy? 

evd / ecc.


Una Iglesia en salida
En sintonía con "Evangelli Gaudium", del papa Francisco, la misión hace volver a la Iglesia a los caminos del mundo; a la continuidad de nuestros pueblos; a la conflictividad de lo real, allí donde nuestra gente hace camino "interreligioso" e "intercultural". Los espacios "ínter" son aquellos ámbitos donde los cristianos aprendemos a escuchar, a dialogar, a reconocer y valorar los nuevos interlocutores de nuestra evangelización; de los cuales tenemos mucho que aprender; sus miradas del mundo, sus nuevas sensibilidades antropológicas, sus nuevas semánticas comunicacionales, los nuevos lenguajes (verbales y no verbales)... etcétera. Son estos algunos requerimientos fundamentales a considerar para sumir la invitación a vivir una nueva etapa evangelizadora marcada por la alegría del evangelio, testimoniada con el audaz compromiso de los cristianos en medio del mundo, cuyas vidas irradian el fervor de quienes han recibido, ante todo en si mismos, la alegría de Cristo. (EG, 80).

                    Comisión Nacional de Misiones                 Eduardo Carreño C. - Comunicaciones
                                      Cech.                                              Parroquia San Gregorio

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